martes, 20 de mayo de 2014

Ciclo Pirineo de la Costa del Sol

Alfarnate, ese pueblo que nunca hubiera conocido si no fuera por el ciclismo. ¿Que no sabe usted donde esta Alfarnate? No se preocupe, yo tampoco lo sabía pero ahora puedo recomendarle que vaya y disfrute de los parajes que ofrece la Axarquía. Merece la pena.

Pues hasta allí me trasladé con mi furgoneta para hacer noche y evitar tener que darme un gran madrugón. La noche fue para abrigarse pero amaneció un día espléndido para disfrutar de la bicicleta. La comodidad de descansar en la furgo y llevar todo lo necesario encima es un plus, tal es así que casi me coge el toro y a la hora de la salida aún estaba sin prepararme del todo. Corriendo como siempre y a última hora llegué a la linea de salida.

La semana había sido desastrosa en cuanto a los entrenos, eso sumado a la experiencia de Granada me hacían tomarme las cosas con cierta relajación. Disfrutar y obtener buenas sensaciones eran prioritario para mi, La Sufrida esta cerca y necesitaba cierta confianza.


Salida neutralizada con un gran pelotón que sobrepasaba los 300 participantes. Daba gusto ver la serpiente multicolor desde atrás, ciclistas venidos de toda Andalucía, y mas allá, algunas caras conocidas para mi. Pedro Lanseros, Antonio de Medina y otros a los cuales no pude saludar porque van como un tiro jaja. Con Antonio pude compartir un buen rato de charla, gran tipo, de los que tiene que sacar el tiempo debajo de las piedras pero que ha conseguido un estado de forma fabuloso a base de la constancia. Es un placer conocer a personas como él gracias a este deporte.

Charlando con Antonio en el tramo neutralizado

Cuando paramos para dar comienzo el tramo libre ya me había desprendido del poco abrigo que llevaba. La cosa se iba a poner calentita, el Puerto del Boquete nos esperaba. Quizás la colocación en la salida no fue la idónea, debí situarme en posiciones mas delanteras. El primer puerto me lo tomé con calma, subiendo a mi ritmo sin preocuparme nada mas que no excederme. Mi amigo Edu me había dado buenas indicaciones para hacerme una idea del recorrido y el planteamiento era claro, no pegar un petardazo como en Granada jajaja.

A medida que iba ascendiendo las vistas eran mas bonitas. La primera sorpresa iba a ser encontrarme con un ciclista que ya ha aparecido en el blog varias veces pero del cual no sabía su nombre. Coincidí con él en La Sufrida y luego en la Quebrantahuesos del año pasado. El malagueño en cuestión es Jesús, un fenómeno. Durante buen rato compartiríamos pedaladas y charla, me alegró mucho coincidir y poder presentarnos como Dios manda. A buen ritmo iba subiendo y las sensaciones me daban a entender que iba a tener un buen día. Poco a poco iba dando a caza a pequeños grupos que se habían ido formado.

Jesus en El Puerto del Sol


La anécdota del día. Grupo que entro, me preguntan si soy de Puente Genil y les digo que soy de El Puerto...¿de El Puerto? Joder unas gambitas me tomaba yo ahora, me dice el hombre. Si, si para gambitas estamos ahora. Si chaval, pero no de Romerijo que vaya clavazo me dieron la última vez ahí, jajajaja. Subiendo un puerto, las pulsaciones disparándose, en Alfarnate, en un Puerto que se llama El Boquete...y hablando de Romerijo y los clavazos. Les hice un par de recomendaciones para su próxima visita y pa'delante.

Pues tras coronar aprovecho para coger un botellín, comer y meterle caña al asunto que me estaba quedando en tierra de nadie. Solo no se llega muy lejos, al menos en ese momento, rápidamente me dieron caza los del grupo de Romerijo y juntos llegamos hasta la siguiente subida. El ritmo era bueno aunque pocos tiraban del grupo.
Tenía ciertas dudas sobre el esfuerzo que debía hacer en esa parte y durante unos kilómetros no tenía claro si tirar o guardar. Poco me duró la incertidumbre porque no soy persona de ir comodo, así pues coronar Alazores (cuarta cota de la jornada) me puse a tirar, ibamos un grupo de diez y delante teníamos a la vista a una buena grupeta. No había mucha colaboración y al ver que mi esfuerzo era en vano decidí levantar un poco el pie. El terreno pestoso no ayudaba tampoco, todo hay que decirlo.

Intenté recordar el perfil de la ruta y los consejos de Edu, la idea era llegar en un grupo hasta Riogordo y después cada uno a su ritmo. La idea era buena pero la realidad siempre es diferente. Así que decidí tomar la opción de dar continuidad a las buenas sensaciones, poco a poco me fui despegando del grupo, por Colmenar ya me había quedado solo. Llegando a Riogordo comencé a dar caza a ciclistas desperdigados pero llevaba la alarma encendida porque me había quedado sin líquido e iba bastante preocupado porque no llegaba el avituallamiento. La subida al Puerto de Sabar la hice sin prisa pero sin pausa, al alcanzar a un compañero de Alfarnate le pregunté por el avituallamiento y me dijo que estaba cerca. Uufff menos mal. Coronar y allí estaban los fabulosos voluntarios que durante todo el recorrido estuvieron del 10.

Llené los bidones, comí un poco de naranja y avanti. Ya solo quedaban aproximadamente unos 25 kms. y había que echar el resto. Puse las miras en un grupo que había salido antes que yo del avituallamiento. Pude darle caza pronto y al contactar pregunté cuanto quedaba para el Puerto del Sol. Tras la explicación del terreno por parte de un Alfarnateño decidí tirar a pesar de que ya iba con la mosca detrás de la oreja, o mejor dicho, los avisos de que la musculatura ya no estaba para exhibiciones.



  Llegado a un cruce me indican el camino y me dice el voluntario que empieza la batalla jajaja. Pues nada, al tajo, último puerto de la jornada. Puerto del Sol, bonito y duro. La cadencia que llevaba era buena, no subo todo lo rápido que quisiera pero como tenía fuelle pude dar caza a varios ciclistas durante la subida. Cuando quedaban 4 kms. para coronar sentí el primer amago de calambre. Las alarmas habían saltado pero de verdad. Momento de apuro en plena rampa y con el calambre en el isquio diciendo ¿Hola que tal?. Llegado a este punto estaba satisfecho de como había ido todo, bajé el ritmo mucho y estuvo a punto de acomodarme pero vi una pintada en la carretera. No hay dolor. ¿No hay dolor? Pues vamos allá, me levante y comencé a pedalear como si aquellos calambres nunca hubieran aparecido. Fue una gozada acabar el puerto disfrutando tanto y ya solo quedaba tirarme hasta la meta que estaba muy cerca.

Finalmente 3 h 20 min. en el tramo libre, puesto 133 de la general y el 60 de la categoría master 30. Soy un globero importante, me queda mucho por aprender y mejorar pero disfrutar creo que no puedo disfrutar mas. Entré en meta feliz como si lo hubiera hecho el primero.

Mereció la pena ir a Alfarnate, el año que viene volveré.

http://www.strava.com/activities/142542738/segments/3252112359

3 comentarios:

antoniojpan dijo...

La verdad es que fue una bonita jornada de ciclismo. A seguir así, máquina.

cotrino dijo...

Muy buena crónica, una pena no haber podido ir este año.

cotrino dijo...

Buena crónica. Una pena no haber podido ir este año.