lunes, 20 de mayo de 2013

Marcha Cicloturista de Jerez

En Jerez tenía que ser, no podía ser de otra manera. Casualidad o no, allí han comenzado muchas cosas buenas de mi vida y en esta ocasión sería el lugar para estrenarme en una Marcha Cicloturista. Tras unos días desapacibles y ventosos, amanecía una mañana fría pero estupenda para disfrutar de la jornada.
A las nueve en punto se daba la salida, 80 ciclistas dispuestos a recorrer una ruta de 125 km. con un tramo libre de 25 kms. 


Era la primera vez que iba a rodar con más de una persona a mi alrededor, tantas horas entrenando y aún no había podido hacerlo en grupo. Tras saludar a mi padre y a mi sobrino Pablo se dio la salida. Las primeros compases intenté tomarlo con calma y rodar de los últimos para ir probando que tal iba todo. Mientras intentaba estar centrado en no liarla miraba las bicicletas del personal, como la mía no había ninguna...para bien y para mal. Antes de salir de Jerez ya me preguntaron los años que tenía el cuadro y me dije como esto sea así todo el tiempo vaya ridículo. Pero no fue así y además, me siento bastante orgullo de la bici que tengo.


Poco a poco iba buscando mi hueco, la velocidad a la que íbamos neutralizados era bastante cómoda para mi por lo que empecé a relajarme. Mientras subía alguna posición me dedicaba a ver los tipos, las bicicletas, la ropa, en fin cual si fuera Paco Martinez Soria llegado a la capital. Un autentico paleto sobre ruedas. Pasado Jédula me entraron ganas de cambiarle el agua al canario. Ya había visto algún compañero parar por lo que en el primer lugar que vi con buena salida frené e intenté descargar rápido porque el tren no paraba y cada vez los veía mas lejos. Total que corriendo volví a pedalear para alcanzarlos, el coche escoba ya había pasado, y apreté el ritmo lo que pude. ¿¿ Y mis gregarios?? Pensaba yo mientras recordaba la labor que hacen los sufridos gregarios que no esta valorada lo suficiente. En pocos deportes habrá la figura de compañeros que se sacrifican por un líder hasta el límite. Un calentoncillo que me costó llegar hasta los últimos del grupo y cuando lo hago escucho al director de carrera decir por el megáfono que se para la misma. Mi cara de asombro debió ser tremenda, algo así como cara de gilipollas. Todos meando en la cuneta y yo había parado 5 km atrás...en fin otra cosa nueva que aprendí.

Arcos estaba a poco menos de 10 km y la entrada al pueblo se me hizo muy cómoda subiendo a plato, ahí comencé a fijarme que los que había señalado como galgos en el análisis del pelotón al principio, iban ahorrando en la parte central todo el tiempo. Yo me dedicaba a no perder la concentración que las ruedas pasaban muy cerca y disfrutar de la bici como lo estaba haciendo.
Una vez cogido el desvío hacia la Junta de los Ríos y llegados a San José del Valle parada de unos 15 minutos, avituallamiento. Comer un plátano, un vaso de isotónico y recargar los bidones. Cuando se retomó la marcha las caras de algunos no eran las mismas, se habían quitado capas de ropa y estaban preparados para el zafarrancho.


Salidos de San José del Valle y parados se dio el inicio al tramo libre previas recomendaciones del director de carrera. La salida trepidante, rodando muy rápido y más tenso que las rodillas de Falete. De pronto el que iba delante mía no había metido bien la zapatilla en la cala y se le sale con el consiguiente susto para él y para mi que casi me lo como. Joder vaya aviso a la primera.
El ritmo frenético a latigazos, había un segundo de calma y de pronto un hachazo de alguien que saltaba. Cada salto se percibía con el sonido del cambio, todos cambiando para poder acelerar y no perder la estela de la cabeza. No podía mirar un segundo atrás porque la distancia era minúscula, si te descuidabas se formaba un taco que miedo daba de pensarlo, lo que intenté es ir lo mejor resguardado que pude y supe para aguantar en el grupo el mayor tiempo posible.
Cuando quise mirar la corona que llevaba metida me di cuenta que iba con toda la tranca, las pulsaciones a 180 y mantenerme ahí mucho tiempo lo iba a pagar caro. Cabeza fría y corazón caliente. Hubo un par de hachazos más, incluso alguna que otra trifulca por ganar posiciones pero mi batalla no era aquella así que cedí sabiendo el terreno que quedaba. Ya estábamos llegando a Paterna, el terreno iba a ser pestoso y el final lo conocía bien. Guardé fuerzas, bebí y puse el piloto automático.

Llegado a las primeras rampas de Medina estaban mis fans número 1 animando, María Jesús y Natalia animando con ello me vino el primer caño de energía renovada. En la subida a la Cuesta del Tío Papa fui alcanzando compañeros, poco a poco me iba encontrando mejor así que subí con alegría sabiendo que el final estaba cerca y animando a los que se iban quedando. Tras un rápido descenso bordeando el pueblo entramos por el final de la Cuesta de la Viuda para llegar hasta la Iglesia de Santa María donde estaba la meta del tramo libre. Quedaban las duras rampas adoquinadas, allí me esperaba mi padre para indicarme que tomara la curva por el exterior pasado el arco que me sería mas cómodo y eso hice, ayudado por sus ánimos pude alcanzar a un último participante mas en pleno rampón.


Mi padre admirando como Lecherito con 77 años termina el tramo libre

Apretando los dientes en la última rampa.

Ya había hecho esa subida muchas veces durante el invierno y eso me sirvió para llegar bastante bien arriba, eso si con un calentón de los primeros kilómetros que no me lo quitaba nadie. Como corren los galgos chiquillo. Una vez en la Plaza a reponer fuerzas, charlar con la familia y foto de grupo para inmortalizar la marcha. Quedaba volver a Jerez para completar los 125 kms. pero de nuevo neutralizados y al mismo ritmo del principio. Un tramite que aprovecha para charlar con un rondeño que va a hacer La Sufrida y Quebrantahuesos que además ya lo había hecho el año anterior. Sus consejos serán de gran valor.


La sorpresa final la guardo con cariño, no por ser algo material, ni tener importancia vital pues realmente no vale para nada. Salvo que lo voy a tener como una pequeña recompensa para seguir motivado en el mes que me queda de preparación para la QH. Quedar el 23 de la general (3º de mi categoría) en el tramo libre es un ridiculez grande pero siempre lo recordare por ser la primera vez que participaba en un cicloturista, la primera vez que participaba en una "competición", la primera vez que rodaba en grupo y la primera vez que mi padre me veía subido en su montura. Treinta y tantos años después la Romani sigue surcando las carreteras.
El siguiente reto se llama la Sufrida, el 1 de Junio con 196 Kms. y 4.096 m. de desnivel.

Clasificación general
Clasificación por categoría






2 comentarios:

antoniojpan dijo...

Estaba releyendo esta entrada y me ha hecho mucha gracia lo del "cambio de agua al canario". Justo eso me pasó a mí este domingo antes del tramo libre. Supongo que será la novatada, je je.

JuanBo dijo...

Jajajaja no te preocupes que yo este año un par de veces he pagado la novatada. En Benalup cogí el momento adecuado, todo es hacer una buena táctica jajaja.